A Request from my heart

Beloved Friends and family,

If you know me well, you know that asking for help is not something that comes easily. And yet, here I am—opening my heart and reaching out as an act of growth, humility, and trust in community.

Last year, I began a deeply sacred journey into the tradition of Mexica Moon Dance (Danza de la Luna)—joining over 30 women in ceremony under the light of the moon. This path has brought profound teachings, inner strength, and a remembrance of the medicine I am here to carry. In this tradition, it is said that those who commit to the dance bring healing, wisdom, and prayer back to their communities. I feel this truth living within me.

Over the past year, I’ve had the honor of guiding two drum-making circles and holding space at a retreat where beautiful medicine was shared. I’ve also been blessed to offer over 100 Reiki sessions—each one a sacred exchange where clients experienced deep shifts, clarity, and a return to love.

This path is not easy—it requires discipline, devotion, and sacrifice. And yet, I walk it with joy and gratitude. I’ve long dreamt of dancing beneath the moon, surrounded by sisters, offering my prayers to the Earth and the Sky.

Last year, my mother and tía poured their love and creativity into crafting my regalia. It was a sacred milestone, woven with their hands and their hearts—two of the most powerful feminine presences in my life. Even without fully understanding the tradition, they supported me with everything they had, and I hold that gift dearly.

Brandon also offered generous support by helping me gather the camping gear, skirts, and supplies I needed to make my first dance possible. I’m so grateful for each person who helped make that first step a reality.

This year, I am again called to the Moon Dance, and I come to you with openness. There are a few items I need in order to participate fully, and I’ve created a small registry to help make that possible. If you feel called to support this journey, I would receive your gift with so much gratitude and love. There are 22 items on the list, and I’m sharing it with many beloved souls. If each person feels called to support by gifting just one item, it would mean the world to me. Every offering, no matter the size, carries deep gratitude and intention.

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This year, I’ve been given the honor of sitting on the drum—a role usually reserved for dancers who have committed many years to the path. To be invited this early is humbling and sacred. In the Mayan calendar, I was born under 11 Iq’, a sign that speaks of the wind, the voice, and the call to heal through sound. To sing and drum in this way feels like the fulfillment of something my soul has long known.Thank you for seeing me, supporting me, and holding space for the medicine I’m here to bring. Your prayers and offerings uplift more than just me—they ripple outward into all the communities I serve.

History of the Dance

To be a Mexica Moon Dancer (or Danzante de la Luna) is to be part of a sacred ceremonial tradition rooted in the Mexica (Aztec) lineage, dedicated to healing, prayer, and the empowerment of women through ritual dance, song, and offerings to Grandmother Moon (Tonantzin Tlalli or Metztli).

🌕 What Is the Danza de la Luna?

The Danza de la Luna is a sacred women's ceremony held over several nights—typically four nights during the full moon—in which women dance in a circle around the fire, fasting, praying, and offering their movement, voice, and presence in service to the Divine Feminine and the Earth.It was founded in modern times by Abuela Tonalmitl (also known as Abuela Ana María Vargas), a Nahua elder, in the 1990s, as a revival of ancestral feminine rites. It is now practiced in Mexico and in various international circles.

🌺 To Be a Moon Dancer Means:

Committing to a spiritual path of discipline and devotion—usually a four-year cycle, with a deeper initiation each yearParticipating in sweat lodges (temazcales) before and during the ceremonyDancing from midnight to dawn in honor of the sacred feminine, healing the womb of women and the earthFasting from food and sometimes water during the days of the dance as a form of offeringWearing traditional garments, carrying your skirt (enagua) as a symbol of your commitmentReceiving and protecting songs and prayers passed down through the lineageHealing personal and ancestral wounds through service and sacrifice

🌌 Spiritual ThemesBeing a Mexica Moon Dancer places you within a lineage that:

Honors Tonantzin, the Great Mother EarthSupports the reweaving of the sacred feminine in yourself and the collectiveHolds space for deep inner transformation, purification, and empowermentConnects you with the natural cycles, especially the lunar rhythms and female wisdom traditions

🌀 A Living Prayer

Ultimately, to be a Moon Dancer is to embody a living prayer—to dance not for performance, but for healing, for the ancestors, for the children, and for Mother Earth. It’s a path of service that demands integrity, humility, and deep inner work. Be InvolvedIf this path speaks to your heart, know that we are always welcoming of those who feel called to support or walk alongside it. If you're curious to learn more, the Abuela of our dance offers a beautiful series where she shares teachings on ancestral Mayan healing and holds space for deep remembrance. I’d be happy to connect you if you feel drawn—just let me know.

Querida familia y amistades,

Quienes me conocen bien saben que pedir ayuda no es algo que se me da con facilidad. Y, sin embargo, aquí estoy—abriendo mi corazón y extendiendo la mano como un acto de crecimiento, humildad y confianza en la comunidad.

El año pasado, inicié un camino profundamente sagrado dentro de la tradición de la Danza de la Luna Mexica, uniéndome a más de 30 mujeres en ceremonia bajo la luz de la luna. Este camino me ha traído enseñanzas profundas, fortaleza interior y un recuerdo vivo de la medicina que he venido a compartir. En esta tradición, se dice que quienes se comprometen con la danza traen sanación, sabiduría y oración de regreso a sus comunidades. Siento esa verdad latiendo dentro de mí.

Durante el último año, he tenido el honor de guiar dos círculos de creación de tambores y de sostener espacio en un retiro donde se compartió medicina muy hermosa. También he sido bendecida al ofrecer más de 100 sesiones de Reiki—cada una un intercambio sagrado donde mis clientes experimentaron cambios internos profundos, claridad y un regreso al amor.

Este camino no es fácil—requiere disciplina, devoción y sacrificio. Y, aun así, lo recorro con alegría y gratitud. Durante mucho tiempo he soñado con danzar bajo la luna, rodeada de hermanas, ofreciendo mis oraciones a la Tierra y al Cielo.

El año pasado, mi madre y mi tía vertieron su amor y creatividad en la confección de mi regalia. Fue un hito sagrado, tejido con sus manos y corazones—dos de las presencias femeninas más poderosas en mi vida. Aunque quizás no comprendan completamente la tradición, me apoyaron con todo lo que tenían, y atesoro profundamente ese regalo.

Brandon también me ofreció un generoso apoyo al ayudarme a conseguir el equipo de campamento, faldas y suministros necesarios para poder participar en mi primera danza. Estoy muy agradecida con cada persona que hizo posible ese primer paso.

Este año, nuevamente he sido llamada a la Danza de la Luna, y me acerco a ustedes con el corazón abierto. Hay algunos artículos que necesito para poder participar plenamente, y he creado un pequeño registro para ayudar a cubrir esas necesidades. Si sientes el llamado de apoyar este camino, recibiré tu regalo con profunda gratitud y amor. Hay 22 artículos en la lista, y la estoy compartiendo con 22 almas queridas. Si cada persona se siente llamada a donar solo un artículo, significaría el mundo para mí. Cada ofrenda, sin importar su tamaño, lleva consigo una intención y una gratitud inmensas.

Este año, he recibido el honor de estar en el tambor—un rol que usualmente se otorga a quienes han danzado durante muchos años. Ser invitada tan temprano en el camino es algo profundamente sagrado y humilde. Según el calendario maya, nací bajo el signo 11 Iq’, que habla del viento, la voz, y el llamado a sanar a través del sonido. Cantar y tocar el tambor de esta manera se siente como la realización de algo que mi alma ha sabido desde siempre.

Gracias por verme, por apoyarme y por sostener espacio para la medicina que vengo a traer. Tus oraciones y ofrendas no solo me nutren a mí—se expanden como ondas a todas las comunidades a las que sirvo.

Historia de la Danza

Ser una Danzante de la Luna Mexica es formar parte de una tradición ceremonial sagrada enraizada en el linaje mexica (azteca), dedicada a la sanación, la oración y el empoderamiento de las mujeres a través de la danza ritual, el canto y las ofrendas a la Abuela Luna (Tonantzin Tlalli o Metztli).

🌕 ¿Qué es la Danza de la Luna?
La Danza de la Luna es una ceremonia sagrada de mujeres que se realiza durante varias noches—usualmente cuatro noches bajo la luna llena—en la cual las mujeres danzan en círculo alrededor del fuego, ayunando, orando y ofreciendo su movimiento, su voz y su presencia al servicio de lo Femenino Divino y la Madre Tierra.
Esta tradición fue fundada en tiempos modernos por Abuela Tonalmitl (también conocida como Abuela Ana María Vargas), una sabia nahua, en los años 90, como una forma de revivir los antiguos ritos femeninos ancestrales. Actualmente se practica en México y en círculos internacionales.

🌺 Ser Danzante de la Luna significa:

Comprometerse con un camino espiritual de disciplina y devoción—usualmente un ciclo de cuatro años, con una iniciación más profunda cada año
Participar en temazcales (baños de vapor ceremoniales) antes y durante la ceremonia
Danzar desde la medianoche hasta el amanecer en honor a lo sagrado femenino, sanando el útero de las mujeres y de la Tierra
Ayunar de alimentos y, a veces, también de agua, durante los días de danza como forma de ofrenda
Vestir con prendas tradicionales y portar tu falda (enagua) como símbolo de compromiso
Recibir y resguardar cantos y oraciones transmitidos a través del linaje
Sanar heridas personales y ancestrales a través del servicio y el sacrificio

🌌 Temas espirituales Ser una Danzante de la Luna Mexica te sitúa dentro de un linaje que:

Honra a Tonantzin, la Gran Madre Tierra
Sostiene la reconfiguración del femenino sagrado en ti y en el colectivo
Abre espacio para una profunda transformación interior, purificación y empoderamiento
Te conecta con los ciclos naturales, especialmente los ritmos lunares y las tradiciones de sabiduría femenina

🌀 Una oración viviente
En última instancia, ser Danzante de la Luna es encarnar una oración viviente—danzar no por espectáculo, sino por sanación, por los ancestros, por los niños y por la Madre Tierra. Es un camino de servicio que exige integridad, humildad y un trabajo interior profundo.

Participa

Si este camino resuena con tu corazón, sepas que siempre estamos abiertas a quienes sienten el llamado de apoyar o de caminar junto a nosotras. Si tienes curiosidad por aprender más, la Abuela de nuestra danza ofrece una serie hermosa donde comparte enseñanzas sobre la sanación maya ancestral y sostiene espacio para el recuerdo profundo. Con gusto te conecto si sientes ese llamado—solo házmelo saber.